Dice Roth que el mundo editorial y yo agregaría que el cultural, son medios difíciles de domar y aunque él dice que hay que ensuciarse las manos, yo diría más bien que hay que saber dónde encontrar más que relaciones de poder, complicidades afectivas y de respeto.
Ciudad de México, 2 de septiembre (MaremotoM).- Cierto revuelo ha causado la información acerca de todos los oficios de Phillipe Roth por conseguir premios y prebendas en su carrera literaria a base de cabildeos, negociaciones, etcétera, al margen, claro, de la calidad de su obra, como si solo la obra y su altura humana bastara para consagrar a un autor o autora.
La verdad es que no: detrás de muchos y muchas hay bastante producción, relaciones públicas, colaboraciones, acercamientos, entregas. A veces la fortuna está en que esos creadores y creadoras tienen talento y que suelen realizar sus gestiones con bastante naturalidad, casi como si no las hicieran, pero existen.
Dice Roth que el mundo editorial y yo agregaría que el cultural, son medios difíciles de domar y aunque él dice que hay que ensuciarse las manos, yo diría más bien que hay que saber dónde encontrar más que relaciones de poder, complicidades afectivas y de respeto.
Y sí, hay carreras que despuntan rapidísimo porque los y las autoras hacen muchos amarres con todos, menos con los lectores, pero aún así, es todo un juego de serpientes y escaleras esto de la vida literaria, vida, no obra que eso tiene sus propios problemas, como dice María Negroni, es horrible y es al mismo tiempo un privilegio.
Yo solo les diría a quienes escriben y apenas vienen, que sí deben buscar su lugar en este mundo y tender sus lazos con honestidad y trabajo. Miren que allá afuera sí hay gente con mucho poder, pero realmente nada respetada cuando dan la espalda, pero también algunos y algunas con quienes se pueden crear complicidades para eso, encontrar nuestro lugar en el mundo.