Por León Plascencia Ñol*
Ciudad de México, 15 de enero (MaremotoM).- Quizá en algún momento de los años sesenta o muy a principios de los setenta, Piazzolla conoce al extraordinario poeta Jacobo Fijman, quien estaba recluido en el hospital psiquiátrico Borda. A Piazzolla lo invitan varias veces a tocar al hospital debido a que su canción Balada para un loco, interpretada por Amelita Baltar y con letra de Horacio Ferrer, ha tenido un éxito inusitado.
En uno de los pequeños conciertos, Ástor pide conocer al poeta. Cuando le avisa a Fijman, él se pone a planchar con ahínco y alegría su único traje porque está deseoso de conocer al músico. Le cuenta Piazzolla a su hija en una entrevista realizada en los años ochenta, que ver a Fijman fue conmovedor y extraordinario. Que caminaron por el jardín del hospital y que el poeta, con mucho tiento y cortesía le preguntó si le gustaba Bach a lo que el músico contestó que sí. A Fijman se le iluminó la cara y respondió:
-Quien escucha a Bach, quien ama a Bach, ama la muerte.
Luego quedó en silencio y los dos se miraron un largo rato.
Al poco tiempo Fijman moriría. Hay unas imágenes en blanco y negro, un poco borrosas, en donde se ve al poeta caminar alrededor de un árbol centenario. Parece que habla con él.
Quizá también le pregunta por Bach.
León Plascencia es poeta y editor de Filo de Caballos