Marylène Patou-Mathis

RESEÑA | El hombre prehistórico también es una mujer, de Marylène Patou-Mathis

La evidencia arqueológica y los análisis de ADN atestiguan que las mujeres cazaban. “Toda la historia de las mujeres ha sido hecha por los hombres” escribió Simone de Beauvoir, y la prehistoria no se escapa a este dominio, sesgo y prejuicio de la mirada masculina, revestida de un halo académico intocable, incuestionable.

Ciudad de México, 28 de enero (MaremotoM).- En este libro de Marylène Patou-Mathis indaga sobre la condición de las mujeres en la prehistoria, esa área de la historiografía creada a mediados del siglo XIX. “El hombre prehistórico también es una mujer” de Maryèlene aporta evidencia científica para cuestionar los supuestos del mundo prehistórico como aquellos que atribuyen una división sexual del trabajo “desde tiempos inmemoriales”, y que literalmente ha sido caricaturizada desde los Picapiedra (The Flinstones) hasta diversos filmes de ficción y animación, es decir la mujer cuida a la familia, el hombre caza.

La evidencia arqueológica y los análisis de ADN atestiguan que las mujeres cazaban. “Toda la historia de las mujeres ha sido hecha por los hombres” escribió Simone de Beauvoir, y la prehistoria no se escapa a este dominio, sesgo y prejuicio de la mirada masculina, revestida de un halo académico intocable, incuestionable.

Hoy día los análisis de ADN permiten, entre otros beneficios, obtener certeza del paradero de los desaparecidos, que vamos acumulando terriblemente sexenio sexenio. En esta historia, no deja de ser irónico que Rosalind Franklin (1920-1958) connotada científica británica que descubrió los fundamentos de la estructura molecular del ADN, haya sido condenada al olvido, pues Wilkins, un compañero suyo de trabajo y sin que ella lo supiera y autorizara se los dio a conocer a Watson y Crick, que trabajaban en el mismo campo de investigación. La historia los muestra a ellos como los que obtuvieron el Nobel de Medicina por sus hallazgos sobre el ADN, tras robarse los descubrimientos de Franklin. No solo la ciencia construye teorías y supuestos sobre el papel de las mujeres, también les cancela su papel en un terreno dominado por hombres.

Marylène Patou-Mathis
Marylène Patou-Mathis y un libro estrella. Foto: Cortesía

Las mujeres prehistóricas han sido olvidadas por la investigación durante más de un siglo y medio, y al igual que en otros campos del todo social empiezan a salir de la invisibilidad.

Te puede interesar:  ENTREVISTA A ISABEL ALLENDE | Hay que mirar la historia para comprender que no estamos peor que antes

“El hombre prehistórico es una mujer” me está resultando un muy interesante libro que dialoga con disciplinas como la filosofía, la historiografía, la arqueología, el ámbito de la genética, la antropología y sobre todo coloca interrogantes sobre lo escrito hasta ahora de la condición de las mujeres en el mundo prehistórico. ¿Es posible encontrar en la prehistoria las razones de la tolerancia respecto a la violencia sexual contra las mujeres?, ¿se encuentra ahí las raíces del patriarcado?, ¿cabe la posibilidad de que el intercambio de mujeres fuera consensuado?

Mientras escribo esto, me asalta una rola de la agrupación española Nacha Pop: “Hay una forma de parar el tiempo / desordenando la evolución / Y en la prehistoria encontrar/ esos ojos que no puedo olvidar” (Relojes en la oscuridad, 1985). La prosa de Maryèle es bastante asequible para abordar temas de suyo complejos y especializados. Para muestra baste un botón, que me agrada por Ia capacidad de síntesis de sendas posturas filosóficas:

“Si analizamos la obra del teórico inglés Thomas Hobbes (1588-1679), para quien se trata de «la guerra de todos contra todos» (Leviatán, 1651), o de Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), que defiende la idea de que el hombre salvaje estaba sometido a pocas pasiones y que fue arrastrado al «más horrible estado de guerra por la sociedad naciente», vemos que la cuestión del origen de la violencia está presente en toda la historia de la filosofia: ¿la violencia es original, «primordial», innata o, como sostiene Rousseau, nació con la civilización balbuceante y la propiedad?”

¿De donde viene la violencia? ¿Es consustancial al “hombre”? ¿Cuál es serían los resortes que le explicarían? ¿Por qué se dejó de venerar a deidades femeninas de la fertilidad en la prehistoria? A lo largo de este texto Maryèlene Patou-Mathis nos vota soltando interrogantes para “desordenar la evolución” y cuestionar el presente. Además es un libro que se lee a gusto, y quizá es todo lo que se necesite de entrada.

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*