No sabemos si dentro de 30 años, Guillermo seguirá pensando así de Imre Kertész o de W.G.Sebald, pero es increíble que en una ciudad como Oaxaca, los jóvenes estén leyendo a estas figuras centrales de nuestra literatura.
Ciudad de México, 19 de enero (MaremotoM).- Entrevistar a Guillermo Santos, que ha sacado recientemente su primer libro de ensayos, es experimentar esa virtud adolescente para admirar a los maestros y al mismo tiempo ejecutar lo mucho que uno ha aprendido en un material hermoso.
No sabemos si dentro de 30 años, Guillermo seguirá pensando así de Imre Kertész o de W.G.Sebald, pero es increíble que en una ciudad como Oaxaca, los jóvenes estén leyendo a estas figuras centrales de nuestra literatura.

El siglo solitario se centra en la vida y obra de cinco escritores del siglo 20: Thomas Bernhard, Imre Kertész, W. G. Sebald, Simone Weil y Ernst Jünger. La pregunta que se plantea Santos es: ¿Cómo se sobrevive a la guerra, al exilio, al dolor o a la destrucción del mundo? A lo que responde que estos escritores hicieron de la contemplación de la catástrofe un hecho estético, es decir, encontraron la belleza entre las ruinas de la civilización.
El siglo solitario (editado por la flamante el Zopilote Rey) cuenta con un prólogo de David Miklos, breves palabras de Guillermo Fadanelli, edición de Guillermo Núñez Jáuregui y Karina Sosa e ilustraciones del artista visual, Jesús Martínez.
ENTREVISTA EN VIDEO A GUILLERMO SANTOS
“Yo fui bibliotecario en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca y creo que esa experiencia fue determinante para este libro. En esa biblioteca tienen a todos los autores que te puedas imaginar. El maestro Francisco Toledo hizo una selección especial de todos estos libros. Para una persona de Oaxaca es algo raro acercarse a esos autores. Tal vez no los conozca totalmente, pero los admiro mucho”, dice Guillermo Santos en entrevista.
“Estos cinco escritores son ejemplo de una singularidad, son muy ellos y quizás si sumaras otros tres o cuatro nombres del siglo XX, tendrías para leer durante mucho tiempo”, agrega.
A Santos, nacido en 1989, editor y ensayista, le interesa mucho la marginalidad y encuentra que estos autores –aunque ahora son centrales- han transitado mucho ese territorio.
“Me agrada también la idea de que hay ciertos artistas que no se parecen a los demás. En el fondo también me motiva que en la literatura no existe la democracia, sino sólo los solitarios. Estos escritores tenían una relación, sin quererlo, forman una constelación, una literatura de catástrofe”, afirma.

“La condena del gran creador es que en su momento no es visto, muchas veces la creación es algo póstumo. Han sido escuchados por personas que nacieron un siglo después. Entiendo que se pongan de moda, así de pronto, pero es el lector solitario mismo el que lo recupera y reivindica, que se quedan en la memoria colectiva. Un escritor como Becket o como Cioran son hoy muy valorados, pero ellos eran muy extraños”, afirma.
El nazismo atraviesa a estos escritores y los modifica en el tema del lenguaje. “Yo no había notado que un personaje como Hitler, tan terrible y abominable, hubiera repercutido en este libro. Sin embargo, David Miklos, menciona una fotografía muy especial, la de una mujer que se toma la foto en su bañero el día que Hitler se suicida. Este es un acto único, buscar la belleza dentro de la destrucción, algo que nos dejó el siglo XX”.
“El arte es un espacio donde puedes construir un mundo, reflexionar, como una forma de reaccionar a la catástrofe”, agrega.