Daniela Tarazona

“Mi descendencia serán mis textos”: Daniela Tarazona

Isla partida (Almadía) es un texto valiente, difícil, que se presenta como una novela, pero que en realidad desmiente los postulados del género. Sin embargo, uno no queda igual después de la multiplicación de una mujer desde donde arbitra con sus recuerdos, sueños y miedos.

Ciudad de México, 18 de octubre (MaremotoM).- Entrar en el debate de qué es una novela o no obedece a ver todas las obras que se enmarcan en dicho género. Recientemente, el escritor Juan Gabriel Vásquez ganó el Premio Bienal Vargas Llosa por Volver la vista atrás (Alfaguara), dejando de lado a obras como la de Selva Almada, No es un río (Literatura Random House) o a la de Carmen Boullosa, El libro de Eva (Alfaguara).

Decíamos que con el corazón quería que ganara Carmen o Selva y que con la cabeza que ganara Vásquez.

¿Hay un punto que divide a la cabeza del corazón en las novelas?

Todo esto para comenzar a hablar de Isla partida (Almadía), de Daniela Tarazona, un texto valiente, difícil, que se presenta como una novela, pero que en realidad desmiente los postulados del género. Sin embargo, uno no queda igual después de la multiplicación de una mujer desde donde arbitra con sus recuerdos, sueños y miedos.

Isla partida es una novela fractal, deforme, poliédrica, una escritura del delirio que retrata un pensamiento desordenado, estremecido, fuera de los límites; una casa de los espejos hecha de lenguaje, es lo que recomienda la editorial Almadía.

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La narrativa de Daniela Tarazona lleva siempre a un lugar existencial angustiante. Tarde o temprano pensaremos en la muerte y en todo lo que se termina.

“El animal sobre la piedra e Isla partida es un poco más fuerte esa sensación de angustia que me dices, de seres que van hacia su final”, dice.

Todo lo que está en el cerebro pareciera que nunca se va a terminar. Contrariamente, claro, al cuerpo que se extingue.

“El tema por un lado la mortalidad y por un lado el espiral que ella siente en su cerebro. Me interesó explorar el asunto del lenguaje y sobre todo la poesía. Los autores que he estudiado desde la academia es Clarice Lispector y Jesús Gardea tienen un trabajo muy importante desde el lenguaje”, afirma Daniela Tarazona.

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Daniela Tarazona
Isla partida es una novela fractal, deforme, poliédrica. Foto: Cortesía

La pérdida de la madre, la pérdida de ese vínculo son la esencia de Isla partida.

“Esto tiene que ver con un punto biográfico que es cuando me dan el diagnóstico de la enfermedad de mi madre coincide con esos aspectos neurológicos y narrativos de la novela. Una cosa está aparejada a la otra”, dice.

Con respecto a la línea de vida, Tarazona se siente reconfortada cuando escribe. Ella no ha tenido hijos y parte de sus libros son su legado. “Mi descendencia serán mis textos”, expresa con voz precisa.

Hay una línea escatológica en Isla partida, como una unión en nuestra existencia. “También esta novela expresa cómo yo percibo el mundo contemporáneo y lo que pasa alrededor. Me parece que sí hay una putrefacción en muchas de las acciones que quizás han sido veneradas. Hay un sentido de retomar la tierra desde la descomposición, algunas cosas que tiene que ver con la contaminación de los mares. La decadencia del personaje va acompañada de un mundo echado a perder”.

Daniela Tarazona
Isla partida, editada por Almadía. Foto: Cortesía

“Cuando vas a las letrinas y encuentras las ballenas jorobadas, todos los desechos que echamos en nuestras bolsas de basura, son nuestros excrementos”, agrega.

Desde Clarice Lispector hasta Margaret Atwood, Daniela avista un mundo vintage y un mundo futurista al mismo tiempo.

Ahora también está dando un taller sobre escritoras latinoamericanas para la librería Lata Peinada y está leyendo Bestiaria vida, de Cecilia Eudave. Le sorprende la diversidad de las mujeres de este continente y le sorprende mucho con esta escritura femenina.

“En el caso de Cecilia me fascina ese humor que tiene en Bestiaria vida. Lo hace de una manera con mucha gracia, con acidez y con agudeza. Vuelvo a Alejandra Pizarnik, son más que vistas a libros específicos, más que autores”, expresa.

 

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