En ella muchas veces dice que somos máquinas o manejados por máquinas, lo mismo que dice el teórico y escritor Naief Yehia, alguien que cuando lo entrevisto, ya todo el mundo sabe que tengo que comprarme un par de zapatillas. ENTREVISTA EN VIDEO.
Ciudad de México, 3 de junio (MaremotoM).- Quien va a disfrutar mucho esta entrevista es nuestro columnista, Alejandro Márquez, quien hace una columna cibernética que se llama Manuscritos de la ciudad reptil.
En ella muchas veces dice que somos máquinas o manejados por máquinas, lo mismo que dice el teórico y escritor Naief Yehia, alguien que cuando lo entrevisto, ya todo el mundo sabe que tengo que comprarme un par de zapatillas.
En Mundo dron: Breve historia ciberpunk de las máquinas asesinas (Debate), Naief se encarga de advertirnos que “algunas de nuestras creaciones tecnológicas surcan los cielos en busca de víctimas humanas. Por el momento aún hay manos y ojos guiando los misiles de los drones militares. En un futuro cercano es probable que algoritmos de inteligencia artificial se encarguen de guiar la cacería. Nuestros dispositivos han cambiado vertiginosamente la sociedad y, en cierta forma, nos preparan para un tecnoecosistema donde humanos y máquinas deberemos reconsiderar nuestras relaciones y jerarquías”.
Claro, somos víctimas definitivas, en el sentido de que ni el autor ni nadie se imagina otro mundo posible. Por ahí están los nómadas, los que viven en un bunker o sin teléfono ni nada, que son los nuevos “hippies”, pero la verdad es que como dice Naief: “esa vida tampoco es para mí”.

Este ensayo abre la puerta para el abismo, toda vez que pensamos muchos en que este mundo se va a la mierda, parte de hitos cinematográficos como Blade Runner, Alien, Terminator, hasta llegar a producciones más recientes como Ghost in the Shell, Ex Machina y la serie Black Mirror. Nos vale preguntar hasta qué punto esos momentos de la ciencia ficción han prefigurado y normalizado la idea de las máquinas asesinas. Y más allá, cómo deberíamos afrontar la ineludible guerra entre el ser humano y sus creaciones. Le pregunto al ciborg y contesto.
ENTREVISTA EN VIDEO A NAIEF YEHIA
–¿Qué piensas de los medios adaptados a tu teoría?
–Mmm. Déjame pensar. ¿Cómo podríamos verlo? Obviamente los medios son uno de los engranajes en esta maquinaria. Esta nueva manera de ver el mundo, tiene lugar, de otro modo no podríamos hablar de esto. Soy uno más de los merolicos de los medios, estamos entregados al entusiasmo y comúnmente entregados al escepticismo; decir eso es un juego conmigo mismo, una especie de ping pong donde uno va agarrándose de esos engranajes que son parte de toda la maquinaria tecnocultural.
–Decir los medios no es lo mismo que decir periodistas. Todos los días los medios, por ejemplo, ponen noticias falsas
–La gran bendición que fueron las redes, tener todo al alcance de los dedos, nos puso en una situación de vulnerabilidad sin precedentes. Estamos acechados por información falsa. Todo esto ha configurado una nueva mediósfera. El exceso, la abundancia, se ha traducido en una especie de indigestión intelectual.
–Me tengo que comprar un par de zapatillas, estoy rodeada de publicidad…
–Mi cerebro se quedó estacionado en las zapatillas, porque me pasó exactamente lo mismo. Mis zapatos están lamentables, un efecto pandémico que espero que estudien en el futuro. Todas mis redes sociales están inundadas de publicidad de zapatos. La forma en que se ha construido nuestra nueva relación con estos medios es curiosamente orgánica y a la vez desventuradamente orgánica. A lo mejor hubiéramos celebrado las coincidencias y la información, sentimos que somos acosados por productos y marcas. Cuando hablas de las vacunas, obviamente pensaba en todo lo beneficioso que ha sido poder leer inmensas cantidades de información, pero a la vez la duda. Cuando el bombardeo llega a ciertos niveles, la confusión es horrorosa. Me sentí un poco perdido ante la información y los datos.

–Tú hablas de varias películas. Recuerdo a Blade Runner, a Terminator, cada vez que pienso en este mundo pienso en un mundo en Marte donde van a ir los ricos…
–El ciberpunk aparece en los 80, como esta corriente de la ciencia ficción muy sucia. Es una rama de la ciencia ficción cargada de rencores y de escepticismo y también contra la gran ciencia. El ciberpunk aparece con que la calle tiene sus propios usos para la tecnología y tienes que usarla como a ti se te dé la gana. Cuando se empieza a escribir y hacer ciberpunk, la mayoría de la gente no tenía computadora. Toda esta corriente comienza a ver la tecnología de otra manera, como algo que sucedía aquí y ahora. En estas películas comienza a verse de esa manera, con esa tecnología en la calle, con la podredumbre de la sociedad, como algo urbano, muy al alcance de la mano. Blade Runner te ofrece una idea de una fábrica de esclavos, Terminator es la idea del dron, la idea de la máquina que pueda cazar a alguien a distancia. Mad Max es un ensayo sobre el ciborg. Y en Alien es la idea de la manufactura de seres, tienes a los androides que viajan en la nave y al mismo Alien, que es el producto de la manufacturación genética de otra corporación que deseaba tener armas biológicas a nivel cósmico. Estas películas nos guían en nuestra relación con las máquinas, que se me hizo muy patente y muy real, el día que leo que un dron había ejecutado a un grupo de presuntos terroristas, sin juicio, sin la posibilidad de defenderse.
–De todo lo que hablas es de herramientas, los seres humanos seguimos siendo iguales
–No, en nuestra cabeza no ha cambiado nada. Las víctimas han cambiado, ahora que no tenemos el estómago con tener esclavos, soñamos con construirlos.