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No es una serie revolucionaria. No es una serie en la que nosotros vayamos a cambiar nuestra manera de pensar. No es una serie tan violenta como lo es sin duda Django Unchained, de Quentin Tarantino, aunque sin duda duele mucho, sin embargo, no sólo está bien contada (Colson Whitehead ganó uno de sus dos Pulitzer por esta novela), sino que también tiene al propio autor como productor ejecutivo.

Ciudad de México, 3 de junio (MaremotoM).- El ferrocarril subterráneo no es fácil de ver. Tampoco fácil de leer cuando le recomendábamos la novela de nombre homónimo, escrito por Colson Whitehead. Ahora, filmada con el prodigio de Barry Jenkins (a quienes conocemos y admirados por Moonlight), la serie es una de las buenas de la televisión de paga.

Producida por Amazon, Underground Railroades, cuenta la historia de la esclavitud y con ello la clandestina red de liberación de esclavos, a través de un tren que siempre queremos que aparezca para salvar a Cora, una de las protagonistas encarnada por la sudafricana Thuso Mbedu, que va ir contando y padeciendo su origen esclavo y la salida muchas veces fallida de la libertad.

Su antagonista es el cazador de esclavos Ridgeway (Joel Edgerton), que la califica de culpable por haberse defendido en una salida y matado a su atacante.

¿Qué pasa cuando un negro o un negado por la sociedad comienza a ser culpable? “Somos especiales para estar en la granja de Valentine”, dice Cora y con ello establece esa angustia por una sociedad que no acepta al diferente o a quien tenga la raza de otro color.

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Pero, vamos a ver, ¿por qué la raza blanca se ha elegido como la superior? ¿En qué momento de la creación del hombre, de la propia evolución? No es más que cultural y si fuéramos a elegir, uno mira el rostro y el cuerpo de Sheila Atim, la actriz ugandesa que hace de la madre de Cora y es la única esclava que Ridgeway nunca pudo capturar y claro que quisiera ser negra.

No es una serie revolucionaria. No es una serie en la que nosotros vayamos a cambiar nuestra manera de pensar. No es una serie tan violenta como lo es sin duda Django Unchained, de Quentin Tarantino, aunque sin duda duele mucho, sin embargo, no sólo está bien contada (Colson Whitehead ganó uno de sus dos Pulitzer por esta novela), sino que también tiene al propio autor como productor ejecutivo.

Thuso Mbedu, la actriz sudafricana. Foto: Cortesía

Es tan absurda la discriminación racial (como absurdas son todas las discriminaciones) que al contar la historia y proponer como símbolo de la libertad y la inteligencia de una raza para sobrevivir, uno se queda hasta el final (son 10 capítulos) que por otro lado están muy bien filmados y tienen a la hinóptica Thuso Mbedu como guía.

La serie es dura, la visión de los guionistas es también vestirla de humanista y en ese sentido hacer correr las aventuras de nosotros los hombres. Una granja es como una historia de Kazuo Ishiguro, donde todos son esterilizados o una granja es una ilusión donde aparecen los temidos hombres blancos y arrasan con todo.

En el medio, Cora intentando sobrevivir. Una gran serie por Amazon.

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