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Un abrazo a los moneros, a su familia y a la conciencia de todos aquellos que quieren cambios en una vida de injusticias.

Ciudad de México, 26 de junio (MaremotoM).- Imagínense el duelo: a los moneros les he tenido siempre veneración. Son portadores de una expresión de la realidad sin mentiras, sí, con un punto de vista, siempre del lado de los jodidos.

He sido editor de varios de ellos, Magú y El Fisgón, Rius y Patricio. Nunca pude publicarle un libro a Rocha o Helguera. Ni hablar. Helguera era heredero de un trazo impecable y una mente brillante. El más cercano a Naranjo como dibujante.

Si Magú es en sus cartones la fealdad encarnada, Helguera es la belleza irritante. Si El Fisgón es la mano dura de la ideología, Helguera era/es el golpe certero donde las mentiras se caen. Si Rocha es el juego de la ironía, Helguera era la seriedad de la risa. Rocha y él eran/son los más jóvenes caricaturistas de La Jornada, mi casa por muchos años, un diario que fundamos con pasión y convicción de ideas. Helguera observaba sin perder el tiempo.

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Helguera es la belleza irritante. Foto: Cortesía

Su mirada penetrante era el inicio de su expresión artística. Varias veces fuimos a comer para proyectar un libro. Nunca se concretó. No hubo tiempo. Hoy Helguera partió y su ausencia debe ser una conciencia que despierta. Los duelos son dolor pero yo me niego a despedirlo con lágrimas porque su mirada profunda nos dice que hay que seguir…Un abrazo a los moneros, a su familia y a la conciencia de todos aquellos que quieren cambios en una vida de injusticias.

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