Vincent, girasoles contra el mundo es una obra doble, pues reúne, en un mismo volumen, una biografía del pintor neerlandés y el texto de una obra de teatro que recrea los últimos años de su vida, su relación con su prima Kee, con Sien y con Gauguin y su muerte.
Ciudad de México, 1 de junio (MaremotoM).- La barba roja. El sombrero. Los ojos celestes y un poco idos. Así es Vincent Van Gogh. Al menos el que tenemos como símbolo en nuestra memoria y que ahora el actor Mario Iván Martínez ha decidido publicar en una dramaturgia y en medio algo de su biografía quién sabe si totalmente desconocido, pero sí poco difundido.
Vincent, el artista que no conoció el éxito y quizá tampoco el amor, este libro explora y recrea este fascinante mito moderno.
Vincent, girasoles contra el mundo es una obra doble, pues reúne, en un mismo volumen, una biografía del pintor neerlandés y el texto de una obra de teatro que recrea los últimos años de su vida, su relación con su prima Kee, con Sien y con Gauguin y su muerte. Por su parte, la biografía va revelando la personalidad de Van Gogh a través de su relación con sus padres, de sus descalabros vocacionales (primero como pastor y luego como mercader de arte), de sus fracasos amorosos, de su relación con Theo y con otros artistas.
–¿En qué medida Vincent Van Gogh sigue siendo llamativo en nuestra cultura?
–A mi juicio hay una multiplicidad de factores que hacen de Vincent Van Gogh una figura sumamente trascendente, contemporánea, para nuestros días. Todo el repudio que recibiera en vida, la absoluta incomprensión de su talento, hoy se transforma en una adoración. Los japoneses, por ejemplo, manifiestan esta adoración casi fanática. Tiene que ver principalmente con haber sido un parteaguas en la pintura, con su técnica del impasto, además un hombre que estuvo en constante búsqueda de identidad. Fue un hombre que padeció muchos encuentros y desencuentros amorosos. Un hombre de extraordinaria cultura. Quiso ser marchante de arte y predicador. Todo el misterio que gira alrededor de su supuesto suicidio, la mutilación de la oreja a Gauguin. Son todos estos factores y muchos de los que omití, los ingredientes de este guiso alrededor de Van Gogh.
–Igual, perteneciente a una familia trágica, incluso su biznieto Theo Van Gogh fue asesinado por terroristas en Ámsterdam
–Sí e inicia desde su infancia. Antes de que Vincent naciera, un 30 de marzo un año antes, nace un niño llamado Vincent que muere al poco tiempo de haber nacido. De niño él iba al cementerio a poner flores de su hermano muerto, que llevaba su nombre y su fecha de cumpleaños. Hay un sino que lo ha marcado de manera fatal, como los Kennedy. Su hermana sucumbe a la locura, termina encerrada, una mujer pensante que creía en el voto para la mujer, leía textos sobre la emancipación de la mujer, que en esos tiempos eran considerados subversivos. El mismo Theo muere en enero de 1891, contagiado de una sífilis demencial. Es su cuñada Johanna Gezina “Jo” la que pelea por Vincent. Mueren ambos hermanos y ella de pronto se encuentra con 900 pinturas que nadie quiere y todos repudian. Se da a la tarea de que le guste a la mayoría de la gente, porque ella sabe que es sólo cuestión de tiempo.
–Usted es una persona muy diferente a Vincent Van Gogh
–Todo sucedió de manera fortuita, cuando fui invitado a ponerle voz a un documental en Holanda. Quise dar sustancia a esta experiencia, viajando a Europa, visitando los lugares donde Van Gogh estuvo. Ya había acariciado la posibilidad de incursionar en la escritura. Si había que abordar un personaje de esta envergadura, tenía que hacerlo con todo el rigor. La idea es que como actor también quería interpretar al personaje. Hicimos una adaptación que se llevó al Teatro Helénico, luego al Teatro Libanés y ahora la vamos a hacer de nuevo para teatro en línea, con una nueva visión. El trabajo escénico aborda distintas disciplinas y en determinado momento lo dice la música, la escenografía, el vestuario, los actores aportamos humor, risa, lágrimas, lo volvemos tridimensional al personaje. Me acerqué a Penguin Random House y ellos me propusieron además publicar la biografía y un libro para niños.
–Parece que usted ha bebido de la fuente de la juventud, es bueno tener este rostro tan maleable
–Sí, fíjese que nos encontramos en el tiempo. Vincent Van Gogh murió a los 37 años y se veía 10 años mayor y yo me veo 10 años menos, nos hemos juntado en el tiempo. En el teatro fue posible abordarlo, en el cine es más difícil. Había que asumirlo con sus virtudes y sus flaquezas, pero también con su enorme capacidad creadora. Dicen que si no hubiera sido pintor, podría haber sido santo.
–¿Con Vincent Van Gog se instituyó la categoría de pintor?
–Esto que usted toca tiene que ver con la libertad creativa y tiene que ver con todas las disciplinas. Hoy se vale todo. Emana esta inquietud y de pronto tiene un lienzo en blanco, ponemos tres embarraduras de color y el cuadro se llama “Paisaje de dama con sombrilla”. O un acorde que suena como que está usted aventando los trastes en el fregadero. No porque todo el arte contemporáneo sea así. Lo que sí sé es que definitivamente Vincent Van Gogh se adelantó a su tiempo, porque estuvo todo el tiempo en la búsqueda de una identidad plástica. Si en París ya la gente no entendía el impresionismo, en Arlés, menos. Él encontró su nicho y se aferró a él y tuvo mucha influencia en los pintores que lo siguieron.
–La editorial le propuso hacer la biografía, en un momento en que publicar dramaturgia tiene más que ver con el siglo XX, ¿verdad?
–Es cierto. Creo que fue una decisión acertada la de Penguin. Fue entonces que creí necesario que esta biografía no fuera una referencia enciclopédica. Que se centrara en su corazón, en sus encuentros y desencuentros amorosos, en el hombre mismo, en la complejidad de su persona, porque eso es lo que iba a ser más disfrutable la dramaturgia.