Dirigida por Philip Noyce y basada en un hecho real, la película es más o menos. La verdad, menos que más. El hombre, nunca nadie podrá no derretirse ante Jack Huston, el nieto de, el sobrino de y con una pinta que honra los genes que tiene, se anota puntos al principio, pero al final, por más guapo que seas, terminas siendo un condenado violador y abusador de mujeres.
Ciudad de México, 26 de junio (MaremotoM).- A estas alturas del partido, no importa en qué plataforma vimos tal o cual película. Lo cierto es que los filmes se estrenan donde pueden y es probable que Bajo sospecha haya estado en Amazon y corra ahora una segunda vuelta, pero la vi en Netflix y no puedo más que sacarme el sombrero por lo gran actriz que es Emilia Clarke.
Dirigida por Philip Noyce y basada en un hecho real, la película es más o menos. La verdad, menos que más. El hombre, nunca nadie podrá no derretirse ante Jack Huston, el nieto de, el sobrino de y con una pinta que honra los genes que tiene, se anota puntos al principio, pero al final, por más guapo que seas, terminas siendo un condenado violador y abusador de mujeres.
Es así: usa a la chica, se cansa de ella y la mata.
Luego, como un ángel que baja del cielo, se arrepiente y ya no voy a contar más porque luego me dicen que spoileo.
De ninguna manera Noyce trata el drama así. Siempre los hombres revisan la historia y la ponen siempre para ellos. En ese sentido, la película mal, con algunos obstáculos en los guiones donde tampoco es interesante ver qué es lo que le dice la informante al agente del FBI, porque muchas veces no entendemos nada.
Más allá de que hay un agente gordo que lo quiere ver muerto a Jack Huston y que es el que le llena la cabeza a la mujer, este hombre tiene un plan: convertirse en el mejor agente del FBI, su trabajo vale más que todo, no sólo más que la informante, sino también de la pobre mujer alcohólica con la que comparte sus días.
Aquí aparece Emilia Clarke, sí, la de Games of Thrones, esa actriz que tiene fanáticos en todo el mundo y muy bien ganados. Sólo por verla a ella, por ver cómo construye esa drogadicta sola, madre de dos hijos, esposa separada de un maltratador y de un traficante de drogas, vale la pena esta película.
Above Suspicion es la adaptación cinematográfica de un libro homónimo escrito por Joe Sharkey, columnista de The New York Times, que trata la historia real de un agente del FBI, quien es trasladado a un pueblo cercano a los Montes Apalaches por trabajo, lugar en el que de manera ilícita se involucra con una mujer de la zona que se convierte en su informante. Ese hecho se convirtió en un escándalo internacional que llevó al agente del FBI a ser condenado a muerte, algo que no se ve en la película.
Su rostro súper maquillado no esconde la inocencia de no comprender el mundo que la rodea, donde nadie la quiere escuchar, ni siquiera ese policía del que se enamora y poco a poco sus noticias comienzan a ser basura para él.
El personaje que construye Emilia (una Susan Smith que a todo el mundo le va diciendo que nadie la llame “Susie”) está profundamente solo. Además de ser el saco de boxeo de su marido, de los amigos de su marido y finalmente del perfecto agente del FBI.
Sus ojos profundos, que capturan dos por tres a la cámara, piden ayuda más allá de la pantalla. Emilia Clarke, una actriz impresionante, muestra a esta mujer incluso más allá de la película. Impresionante.