A pesar de ser una flor sin aroma, el sutil sabor puede mezclarse en diferentes platillos, desde ensaladas o sopas, hasta quesadillas o flores rellenas de queso, carne o marisco. Sus propiedades nutritivas son enormes ya que contiene vitamina A, B y C, además de ser antioxidante, hidratante y contener diversos minerales benéficos para la dieta humana.
Ciudad de México, 7 de agosto (MaremotoM).- Existen códices en donde se tiene registro que la flor de calabaza se consume como alimento en México desde tiempos prehispánicos, aunque su producción no se limita únicamente al territorio mesoamericano: tanto en países del Mediterráneo como Italia, Grecia y Turquía se incluye la flor de calabaza en distintos platillos, como en áreas más alejadas como Vietnam. La flor generalmente se cosecha en temporada de lluvias y se reservan las flores femeninas para la polinización. Las masculinas son las que se comen de diferentes maneras: fritas, hervidas, crudas o, como los tarahumaras, deshidratadas.
A pesar de ser una flor sin aroma, el sutil sabor puede mezclarse en diferentes platillos, desde ensaladas o sopas, hasta quesadillas o flores rellenas de queso, carne o marisco. Sus propiedades nutritivas son enormes ya que contiene vitamina A, B y C, además de ser antioxidante, hidratante y contener diversos minerales benéficos para la dieta humana.
Según la publicación México Desconocido, las flores de calabaza son consideradas como quelites (plantas tiernas comestibles) que se cultivan en milpas, sobre todo en el centro de la República. Los pueblos prehispánicos la llamaban ayoxochitl, que proviene de las palabras en náhuatl ayotli, calabaza y xochitl, flor.
A continuación, una fácil receta para hacerla el mismo día que se compra el manojo de flores, pues son rápidamente perecederas.