Marwán sabe eso, pero no puede con su oficio y sin pretensiones, pero su modelo es Serrat y sus libros de poemas y sus discos conforman una sola persona dispuesta a no dejarse arrebatar por el sentimentalismo, pero sí hablar del amor, del desamor y de su condición de inmigrante, aunque haya nacido y se sienta muy español.
Ciudad de México, 12 de junio (MaremotoM).- Marwán es un caso muy común en los 60 y en los 70: el de un poeta cantante o de un cantante poeta. En esos tiempos, con Joan Manuel Serrat a la cabeza, seguido por Silvio Rodríguez y Joaquín Sabina (¡Cómo olvidarnos de Luis Eduardo Aute!), era muy común escuchar las canciones y al mismo tiempo la letra.
Estos no son tiempos tan blandos y muchas veces hay un ruido inmenso que nos opaca el lenguaje y hacemos solo gestos para ser comprendidos.
Marwán sabe eso, pero no puede con su oficio y sin pretensiones, pero su modelo es Serrat y sus libros de poemas y sus discos conforman una sola persona dispuesta a no dejarse arrebatar por el sentimentalismo, pero sí hablar del amor, del desamor y de su condición de inmigrante, aunque haya nacido y se sienta muy español.
Este es el cuarto libro de poemas de este cantautor también prolífico. Es autor de poemarios de éxito como La triste historia de tu cuerpo sobre el mío, Todos mis futuros son contigo y Los amores imparables. Ahora es Una mujer atravesada en la garganta, atravesado por una frase de Eduardo Galeano, donde homenajea a todas sus mujeres…
“Son amores que caminan por el angosto filo de la insensatez y no acatan las normas, legiones de sentimientos, delitos que se cometen a espaldas de la rutina, sonetos, aforismos, reflexiones en torno al quehacer poético, el vuelo de un poeta llamado Ícaro. Eso es este libro”, dice la editorial.
Como cantautor tiene cinco discos: El viejo boxeador, Mis paisajes interiores, Apuntes sobre mi paso, Las cosas que no pude responder y Trapecista.
ENTREVISTA EN VIDEO A MARWÁN
–Estaba pensando en Eduardo Galeano y que tu poesía se parece un poco a esa voz popular
–Lo has definido perfecto, porque esa voz popular siempre la he perseguido, que sea lo suficientemente sencilla para llegar a todo el mundo. En esa línea siguieron Benedetti, Galeano y por supuesto Serrat. Esa es mi búsqueda.
–Con una moda de la canción que hoy no es tan poética
–Ahora difícilmente se pueda encontrar músicas que se acerquen a la poesía, pero yo vengo de ahí y quiero seguir cultivando eso.
–Tú dices sin sentimentalismos, que “es la proliferación de las células”
–Yo soy un sentimental absoluto y he caído en él mil veces. Cuando me refiero al sentimentalismo me refiero al sentimentalismo político. Lo cierto es que el sentimentalismo ha hecho que los debates políticos en la actualidad tengan muchos aspectos pueriles. Olvidamos la lógica y nos movemos por estallidos casi infantiles.
–Una preguntarte políticamente por los inmigrantes, aunque me parece muy sentimental esa pregunta
–Es que hace que perdamos el norte, ese estallido de sentimientos constante, aunque tratar de aplicar un sentido común vendría mucho mejor. Soy el hijo de un refugiado palestino, todos aquellos que huyan hacia otra tierra, jamás los rechazaré. Me parece que el ser humano tiene una gran tarea pendiente, pues todos hemos sido migrantes, por el hambre, por la guerra, por muchos motivos, nos hemos ido de nuestras tierras. Muchas veces tenemos poca memoria.
–De todas maneras, también tú eres español, ¿verdad?
–Yo soy español, he tenido la suerte de nacer en un país en paz y con cierta prosperidad. Mi sensibilidad está orientada hacia los que menos tienen y tratar de conseguir igualdad, en un mundo que tiene mucha desigualdad.
–¿Tu sentimentalismo cómo se lleva con el lenguaje?
–Con el lenguaje se lleva muy. El lenguaje lo articula y la poesía es perfecta para articular los excesos y los sentimientos exagerados.
–Maldito sea el seductor que no se engancha, a pesar de que pones una foto en el libro que te hace mucho más mayor de lo que eres
–No, no, soy mucho más mayor de lo que parezco. Tengo 42 años. Ser un seductor no es malo necesariamente, mi trabajo consiste en seducir. Trato de conquistar sus corazones arriba del escenario. Lo malo es seducir por seducir o sólo para satisfacer al ego. Qué es tener una mujer en la garganta. Es una frase de Galeano, que me resultaba increíblemente poética y lo he asociado mucho a los amores que se me han atragantado mucho. Hablo de varias mujeres, porque hago una mirada retrospectiva a muchos de mis amores pasados. Para romper el patriarcado en el que vivimos, tener una mujer en la garganta es tratar de tener una nueva sensibilidad. Cuando la mujer conquiste el mundo, va a ser con más igualdad y con menos guerra, es tener una voz feminista en la garganta.