Precisamente, La otra Isabel (2021) es la que precede a Carlota, su novela de 2017 y por la misma editorial, que todavía se sigue leyendo. Los tiempos literarios son otros, además del mercado y como bien dice la escritora: “Me llevó cuatro años pero es probable que esto sea lo mejor que he escrito”. ENTREVISTA EN VIDEO
Ciudad de México, 14 de junio (MaremotoM).- Hacía tiempo que no sabíamos nada de la novelista Laura Martínez-Belli, no sólo porque se trasladó a vivir a Madrid, sino también porque hace cuatro años que no saca una novela.
Precisamente, La otra Isabel (2021) es la que precede a Carlota, su novela de 2017 y por la misma editorial, que todavía se sigue leyendo. Los tiempos literarios son otros, además del mercado y como bien dice la escritora: “Me llevó cuatro años pero es probable que esto sea lo mejor que he escrito”.
“1521, el imperio azteca se derrumba. Tecuixpo, la hija favorita de Moctezuma, es hecha prisionera por los conquistadores españoles, quienes son responsables de la muerte de su padre y la sangrienta derrota de su pueblo. Ahora, bautizada como Isabel, se ve obligada a vivir según las costumbres y la religión de sus captores. Inmersa en un mundo de intriga, traición y muerte, la vida le tiene reservado un golpe final: su primera hija le será arrebatada por Hernán Cortés, el hombre al que más odia. Décadas más tarde, Leonor, una joven huérfana y mestiza, tendrá que enfrentarse a todos los que a su regreso a la Nueva España quieren mantenerla sometida para ocultarle la extraordinaria herencia que le corresponde”, es la sinopsis de una novela atrapante y que con ella mucho aprendemos de una mujer que ha estado poco en la literatura.
Vale decir, primero es su contexto histórico y la mención de Isabel Moctezuma como una consecuencia, pero ¿quién es la hija del último tlahtoani, que perdió su nombre, su imperio y su familia, pero jamás se dejó vencer?
ENTREVISTA EN VIDEO A LAURA MARTÍNEZ-BELLI
“Creo que es mi mejor novela. Todas las anteriores han sido un camino que me han traído hasta aquí. El estar en España me dio otra perspectiva, incluso en el tono con el que cuento, hay como otro acento. La parte de los mexicas la escribí hablando en mexicano. Hay una mezcla de los dos mundos, como es mi caso”, dice Laura Martínez-Belli.
“La historia tiene mucha de simbólica. Hay un subtexto debajo en donde los personajes se vuelven metaliterarios. Isabel sería lo mexica, Leonor, el nuevo mundo y Hernán Cortés, la conquista. El nacimiento de un nuevo mundo, que hace violentamente, pero que nace con toda su grandeza”.
Hablar de lo mexica es también hablar de México, grande y violento, tal como lo describe la novelista.
“También México me duele mucho desde aquí, cuando leo las noticias de los feminicidios, duele mucho que México a veces se encarrilla hacia un escenario demasiado negativo, lo que genera impotencia al verlo desde la distancia”, dice la escritora, autora de Planeta, que dice que es “un poco mi familia. Es como un tío lejano al que no lo ves, que siempre ha estado ahí para motivarme a seguir escribiendo, a no dejarlo, aunque la pandemia claro también nos ha puesto lejos”, afirma.
“El zoom de todas maneras nos ha acercado, vino a limar distancias”, agrega.
“En México se está leyendo Carlota, en clubes de lectura, por videoconferencias. La tecnología y la necesidad nos ha obligado a ponernos las pilas”, agrega.
Laura Martínez-Belli se refiere a las mujeres grandes en la historia. Parecía ser que con Carlota ya estaba plena. Pero no fue así.
“Cuando yo escribí Carlota, tenía como un conflicto moral, porque la pinté como una víctima, ¿cómo hacer protagonista a una mujer que ha sido tan ninguneada? Creo que logré en cierto ámbito darle un poco de poder. Pero Isabel era todo lo contrario, me daba la posibilidad de hacer una épica, que va mucho más allá del ámbito doméstico”, dice Laura.
“Siempre está esa visión del hombre que ve a la mujer y la interpreta según su mirada, pero nosotros tenemos una mirada. Isabel merece la pena ser conocida. Aquí en España vi unas calles con su nombre y ahí se me ocurrió investigar. Al final los temas me encuentran”, afirma.
“Hay alguna novela, de Eugenio Aguirre. Se ha escrito sobre Isabel, pero los escritores no conocen al personaje, sino el ámbito histórico. Cuando la casan con los españoles, la novela se termina y su transformación a cristiana, no era interesante. Lo interesante de esta mujer es precisamente su proceso de aculturación. Aprendí un montón”, dice.
“La otra Isabel tenía que narrarse desde el punto de vista humano”, expresa.