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Monterrey tan querido no sé cómo no agrego tu nombre con el mío, dice la canción que hicimos con Maico (“Sol de Monterrey”). Cuando era joven y me preguntaban ¿dónde están los de Monterrey?, yo decía, aunque en ese entonces vivía en San Nicolás, que yo era de Monterrey y quiero mucho a mi ciudad. Todos nos sentimos regios, aunque no vivamos en el casco de la ciudad. Monterrey representa mucho orgullo.

Ciudad de México, 29 de mayo (MaremotoM).- Nicho Hinojosa se hizo conocer en el 2000, más o menos, en un bar. Cantaba canciones de otros y las cantaba tan bien que una multinacional lo vino a firmar y por ese entonces lo hizo por una determinada cantidad de discos, hasta que la multinacional fue por otros artistas.

Total. No podía grabar discos con su nombre. Y tampoco tenía discos. Siguió haciendo música, hasta que en el 2015, Sony, que por ese entonces mantenía su nombre a resguardo, decidió rescindir el contrato y hoy lo podemos llamar por su propio nombre.

Tendremos que ir acostumbrándonos a que el músico hace otras cosas, no sólo que canta a los otros cantautores, debemos ir reaprendiendo su nombre, mientras él, todavía muy joven, se ajusta a sus canciones y se entrega a la música, como siempre lo ha hecho.

Anoche le hicimos una entrevista, fue muy a la noche, se nota que estábamos cansados porque la última pregunta o yo no la hice bien o él no la entendió o las dos cosas (diría el Chavo del Ocho), yo le hablaba del regreso de Pedro Guerra y el de Ismael Serrano (dos cantautores que tienen nuevos discazos), que opinara sobre eso y qué cosas cantaría el domingo. Bueno, la respuesta fue confusa, tanto que la sacamos del video, pero lo cierto es que más allá de las modas, de los millennials, del mundo de la juventud tan traído de los pelos (y está bien, a nosotros ni bolilla nos daban cuando éramos jóvenes), la música comienza a ser oída de otra manera. Hay nuevas canciones, hay discazos como el que ayer sacó Andrés Calamaro y como dijo Roberto Bolaño: “Sigo vivo, sigo leyendo, sigo escribiendo y como le dijo Arturo Prat a los suicidas de la Esmeralda, mientras yo viva, esta bandera no se arriará”.

–Estamos volviendo a escuchar discos, ¿no te parece?

–Estoy muy contento, sí estamos volviendo, aunque yo nunca dejé de ser y de estar. En un contexto estamos volviendo todos, me da mucha alegría. Yo he estado trabajando desde mayo pasado, al principio paré como dos o tres meses y luego pensé que no podríamos estar estacionados, porque eso nos carcome todo nuestro ser. Empecé a hacer grabaciones con Amaury Gutiérrez, incluso hice un dúo con alguien que falleció (a causa de covid), Yoshio, quien me dejó su voz grabada y lo continuamos. Gracias a Dios yo seguí yendo al estudio y he grabado como seis discos en la pandemia.

El músico cerrará el Festival Alfonsino. Foto: Cortesía

–En la pandemia creo que hemos cambiado la manera de escuchar, imagínate que tú te hubieras quedado con tu primer disco

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–Probablemente no hubiéramos llegado a esta nota, porque antes de ese disco que tú mencionas yo estaba grabando cosas experimentales, haciendo otro tipo de música. Definitivamente hay mucha gente no conoce que pinto, escribo y compongo mis propias canciones. Hay artistas que tienen más que ofrecer que lo que pueden ofrecer a nivel comercial. No hay artista que se comprometa con un solo género. La música es así. Un mismo músico admira mucho a otros músicos. Me encanta el rock progresivo inglés, canadiense, americano, el rock argentino me fascina, el género de lo romántico. No podemos encasillarnos en una sola de hacer arte, de hacer música. En mi caso, tengo un proyecto alternativo que se llama La Bohemia Descarada, que complemento con el Nicho que toca la guitarra y canta canciones de otros.

–¿Cómo han sido estos veinte años, Nicho?

–Cuando tú firmas con una compañía disquera, que yo firmé con BMG, ellos ponen sus condiciones. En este caso, yo las acepté. Ellos me exigieron a hacer discos muy similares a lo que fue Nicho en el bar. Luego me dejaron de grabar y empecé a hacer proyectos alternativos. A partir del 2015, rescindimos el contrato y hace un par de años me dieron mi nombre y puedo grabar lo que yo quiero. El tema es que tampoco quiero engañar a la gente, la gente que va a escucharme quiere escuchar los viejos temas. Iré ofreciendo algo de lo nuevo en cada concierto, pero no puedo empezar de cero.

–Claro, Nicho Hinojosa, como nombre, es más importante que Sony y que tú mismo

­–Definitivamente, así es.

–¿Qué pasa con el Festival Alfonsino?

–Me encanta participar con la Universidad, aunque yo estudié sólo un semestre en la universidad, pero también he estado con muchos proyectos ahí y ahora que me dan la oportunidad de trabajar como dando el final, me siento muy agradecido. Hace dos años hice una canción y realizamos un video donde hacemos alusión a la ciudad de Monterrey, que tanto queremos. En mi ciudad, poder estar ahí y compartir con la gente una transmisión tan importante, vamos a poner piano, dos percusiones, dos guitarras, entregamos un proyecto completo porque el Festival Alfonsino lo merece. Tal vez merece más, pero esto es lo que hay.

–¿Qué es Monterrey para ti? A mí a veces me parece que Monterrey está como fuera de México y los regiomontanos me regañan por eso

–Monterrey tan querido no sé cómo no agrego tu nombre con el mío, dice la canción que hicimos con Maico (“Sol de Monterrey”). Cuando era joven y me preguntaban ¿dónde están los de Monterrey?, yo decía, aunque en ese entonces vivía en San Nicolás, que yo era de Monterrey y quiero mucho a mi ciudad. Todos nos sentimos regios, aunque no vivamos en el casco de la ciudad. Monterrey representa mucho orgullo.

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