Lo cierto es que en Mare of Easttown, Winslet maneja la serie de acuerdo a su (mal) humor, a sus complejos, a la culpa que cree tener porque su hijo mayor se ha suicidado y a ese olfato propio de un oficio donde gana suspensiones más que dinero, pierde compañeros y gana casi todo el odio de la comunidad.
Ciudad de México, 2 de junio (MaremotoM).- Cada semana, durante seis, nos mordíamos las uñas para saber hacia dónde iba la historia de Mare of Easttown, esa serie de HBO, protagonizada por Kate Winslet.
También nos sentíamos muy atraídos por ese papel donde la actriz inglesa muestra su costado maduro, ese momento en que las actrices, lejos de la belleza y del éxito de acuerdo al rubio oxigenado de tu pelo, comienzan a tomar papeles más riesgosos, más jugados.
No vamos a decir qué natural y qué sobrepeso tiene Kate. Porque no vamos a estar haciendo una nota de qué mal se ven las actrices con operaciones y luego hacer comentarios de las que no se hacen operaciones.
Lo cierto es que en Mare of Easttown, Winslet maneja la serie de acuerdo a su (mal) humor, a sus complejos, a la culpa que cree tener porque su hijo mayor se ha suicidado y a ese olfato propio de un oficio donde gana suspensiones más que dinero, pierde compañeros y gana casi todo el odio de la comunidad.
Brad Ingelsby, creador y guionista de toda la serie, ha girado toda la historia alrededor de esta mujer recientemente separada, donde todos los familiares y amigos se convierten en sospechosos. No sabemos si es la paranoia de Mare, si es esa vida en comunidad donde todos terminan siendo parientes de los otros o si es este siglo que ha nacido podrido y no hay nada que lo empañe.
En el último capítulo, donde todavía lloramos la muerte de la adolescente Erin, obsesionada con hacerle una operación de oídos a su bebé, vemos con los mismos ojos de la detective que el asesino es Ryan, el hijo de John y de la mejor amiga de Mare, Lori.
En el medio, la protagonista trata de sacarse o de entender esa culpa que siente a cada instante por el suicidio de su hijo y el capítulo termina con ella tratando de ingresar al altillo donde él murió, quizás ahora podrá llorar y maldecir por eso tan triste.
Esta serie nos ha dejado sensibles, con el corazón marchito y con esa rutina de vivir que después de todo constituye la mayor argamasa de los días. A veces estamos ciertamente aburridos, alguien nos dirá lo mismo que ayer, comeremos exactamente esa pizza o esa salchicha mal cocinada y veremos en la televisión unos platillos deliciosos que nunca pasarán por nuestra boca.
Pero la vida vida es así. No hay una existencia ideal posible y en todo caso la detective es la que se encarga de sacar la basura para que al caminar no nos pare, no nos frene.
Mare of Easttown es una serie de una única temporada, pero que quizá haya una segunda si “podemos dar con una historia de la que nos sintamos orgullosos y sintamos que funciona como segundo episodio en el viaje de Mare”, pero que por ahora no tiene idea de cuál podría ser esa idea, ha dicho el creador Brad Ingelsby a Espinoff.
Kate Winslet es una de las productoras ejecutivas, lo que comprueba que más allá de los medios que pregunten por la última dieta o por los ejecutivos presos por acosadores, es la mujer la que tiene que buscarse como Reese Witherspoon o Nicole Kidman, sus propios proyectos.
Puestos a ver la serie en clave de una historia negra, Kate Winslet ha diseñado (tal vez sin quererlo) una nueva detective, una mujer común, cansada, que se lesiona y que lo único que tiene para su oficio es ese instinto básico.