“La reincidencia con la heroína es de un 97 %”, le advierte el médico al que van como última posibilidad y que les ofrece una inyección por un mes que rechazará todos los narcóticos. Esos nuevos y buenos cuatro días, a la que ambas se someten para tratar de llegar a ese horizonte esperanzador.
Ciudad de México, 26 de mayo (MaremotoM).- “Es muy fácil trabajar con ella, es una mujer muy inteligente, muy intuitiva y además disfruta mucho el trabajo”, dice el director Rodrigo García, refiriéndose a Glenn Close, la actriz con la que ha hecho su cuarta película, Los cuatro días.
Es un trabajo sobre la hija (Mila Kunis), sumida en una adicción tremenda por los opioides y su madre (Glenn Close) que hace todo por volver a confiar en ella y ese sufrimiento y cansancio que generan esos hábitos terribles, de los cuales es muy difícil escapar.
“La reincidencia con la heroína es de un 97 %”, le advierte el médico al que van como última posibilidad y que les ofrece una inyección por un mes que rechazará todos los narcóticos. Esos nuevos y buenos cuatro días, a la que ambas se someten para tratar de llegar a ese horizonte esperanzador.
El cineasta colombiano, que acaba de grabar una serie en Argentina con el libro de Tomás Eloy Martínez, Santa Evita, mientras produce las adaptaciones de Noticia de un secuestro (que dirige Andrés Wood para Amazon) y Cien años de soledad, de su padre, Gabriel García Márquez, habla de lo que más le interesó “es la relación entre la madre y su hija” y es precisamente alrededor de ellas dos donde gira todo el filme. Hay de pronto una presencia de la otra hija, del nuevo marido de la madre, del ex marido de la hija, pero son circunstanciales y no hacen ninguna mella en esa lucha por tomar heroína o no tomar, por agarrarse de la vida o por mandar todo a volar.
Es esa batalla entre la madre y la hija la que sostiene cierta esperanza, cierta mirada a que algo va a poder solucionarse. El papel de Mila Kunis no sólo demuestra esa invalidez de las adicciones, sino que también ni siquiera sus hijos, que ha perdido por la drogadicción, le hacen ruido para intentar cambiar su vida.
Glen Close está impagable y es probable que en su desempeño también influya la buena relación que tiene con Rodrigo. Juntos hicieron Cosas que diría con solo mirarla (2000), Nueve vidas (2005) y Albert Nobbs (2011).
“Tomás Eloy Martínez y mi padre eran muy amigos, mutuos admiradores y ambos jugaban con placer saltando por esa línea borrosa que separa realidad y ficción, un terreno muy interesante para el arte. Lo mismo ocurre con Cuatro días, nacida de un reportaje periodístico (se basa en un artículo en The Washington Post del ganador del Pulitzer Eli Saslow) con dos mujeres reales. Las visité en Detroit, conocí las calles en las que Amanda, la hija, malvivió durante años y luego escribimos Saslow y yo a cuatro manos para que funcione en pantalla”, dijo Rodrigo García en el periódico El País.
La película, a pesar de la poca acción, a veces funciona como si fuera una novela negra, llena de misterio e imprevisibilidad, la desidia y ese dejar de vivir por la adicción.