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El funcionamiento general del mundo (Alfaguara) obvio que escarba en ese nacimiento del alfonsinismo, cuando el peronismo estaba muerto (muerto literal, claro) y todavía no se había abierto la Caja de Pandora para saber los crímenes de los asesinos de la dictadura. En el medio, Federico Benítez recuerda esos años y hace honra a una profesora del colegio, una figura generosa capaz de cambiar el curso de una vida.

Ciudad de México, 29 de julio (MaremotoM).- La fuerza de un viaje sólo que si no lo haces junto a tu padre y hermano. Bueno, eso es lo que plantea el Premio Alfaguara Eduardo Sacheri, donde vuelve a tomar el futbol como pretexto y construir una historia que admita los años recientes argentinos, cuando él era joven y cuando el mundo se abría en un contexto ceñido y autoritario.

El funcionamiento general del mundo (Alfaguara) obvio que escarba en ese nacimiento del alfonsinismo, cuando el peronismo estaba muerto (muerto literal, claro) y todavía no se había abierto la Caja de Pandora para saber los crímenes de los asesinos de la dictadura.

En el medio, Federico Benítez recuerda esos años y hace honra a una profesora del colegio, una figura generosa capaz de cambiar el curso de una vida.

El viaje a las Cataratas del Iguazú de Federico Benítez y sus hijos ya está arreglado, pero un llamado de último momento altera los planes: una deuda de gratitud, vieja e impostergable, lo obliga a cambiar de rumbo y encaminarse, con esos dos disgustados adolescentes a la rastra, hacia la lejana Patagonia. En cuatro días de viaje este hombre ensimismado y torpe les contará a los jóvenes una historia oculta que es la suya, la suya y la de su desangelada adolescencia, la suya y la del Primer Torneo Interdivisional de Fútbol del Colegio Nacional Normal Superior Arturo Del Manso, jugado en 1983. Y ese torneo de fútbol, con sus arbitrariedades, con sus trampas, con sus mezquindades, pero también con sus grandezas, con sus luces y con sus sombras, será para este muchacho de quince años un laboratorio de la vida, del que saldrá transformado.

Esta es la sinopsis que entrega la editorial Alfaguara, en un libro muy esperado por la categoría del autor, que hoy revela que “La pretensión es esa, no escribo cuando utilizo el futbol como vehículo de lo que quiero decir, no aspiro sólo a llegar a lectores a los que les interese el futbol. Ojalá funcione”.

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ENTREVISTA EN VIDEO A EDUARDO SACHERI

La relación entre los hijos y el padre, revela una relación padecida y vivida por todos. “Siempre la paternidad es una tarea inconclusa. Aunque me resulta estimulante como padre o como profesor de escuela secundaria, esto de buscar caminos de comunicación con una generación que no es la mía”, dice.

“Me gustó trabajar con la idea de que a veces hay personas que se resisten a enfrentar su pasado, que prefieren mantenerlo en silencio, les parece que sufren menos de esa manera. Federico Benítez es de esas personas, aunque el precio que pague es el desconocimiento de sus hijos. Ese viaje patagónico lo obliga a explicar algunos porqués y así se deja exhibir, se deja conocer”, afirma.

Me gustó trabajar con la idea de que a veces hay personas que se resisten a enfrentar su pasado. Foto: Cortesía

Como Juvenilia, de Miguel Cané, el libro es también una historia de profesores y alumnos en una escuela secundaria que vive sus propios códigos y leyes. “Las escuelas son un reflejo de la sociedad en la que esas escuelas existen. Hubo una época de la Argentina que establece relaciones de poder, la autoridad, el despotismo eran numerosos y palpables”, dice Sacheri.

Eduardo es profesor de Historia y espera parecerse más a Muzzopapa que a esos profesores que quisiéramos olvidar.

Edición de Alfaguara. Foto: Cortesía

“Es cierto que el año 1983 fue muy politizado en la Argentina, pero también había muchos chicos que esos casos les pasaba por al lado. Me interesó analizar esa situación de gradualidad, que no es que todo el mundo se interesó por la democracia, hubo mucha gente que siguió por su vida tal como venía”, advierte.

“En esa confusión me parece que hubo lenta adaptación de la sociedad argentina a la democracia. Hubo una cantidad de prácticas autoritarias que siguieron existiendo. Uno puede analizar esa época como la recuperación de la democracia, pero también la agonía de un régimen dictatorial”, dice.

¿Cómo se enterarán hoy los chicos de las actividades de sus padres? ¿Se enterarán así, por confesiones de Federico Benítez? “Toda generación tiende a sentir como que el mundo empieza con ella. Cuesta a veces ponerlas en conexión con el pasado, por eso es difícil enseñar historia. Las nuevas generaciones les cuesta ubicarse en esa diferenciación. No queda otra que seguir intentándolo”, explica.

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