El Festival de Cannes entra en el ecuador de su 74ª edición, con la controversia dominando, una vez más, el debate público, mientras las películas en competición introducen temas como la igualdad de género, la reivindicación del autor y el auge de la comedia romántica.
Por Lluís Muñoz Pandiella
Ciudad de México, 15 de julio (MaremotoM).- Reflexiones sobre puritanismo y reivindicación del papel de las cineastas están en el centro del debate del Festival de Cannes, en competición, desde el martes 6 de julio y hasta el sábado 17 de julio. Una edición con poca presencia de películas estadounidenses, donde las comedias románticas se han erigido como el subgénero estrella.
El Festival de Cannes entra en el ecuador de su 74ª edición, con la controversia dominando, una vez más, el debate público, mientras las películas en competición introducen temas como la igualdad de género, la reivindicación del autor y el auge de la comedia romántica.
El festival de los festivales siempre se ha caracterizado por la elección de films vanguardistas, con mensajes comprometidos y tras un año de ausencia, debido a la pandemia, la crítica estaba ansiosa por conocer cuáles son las filias y fobias de los más grandes autores.
Y ahí, en ese contexto, se ha erigido un debate en torno al puritanismo. Benedetta, del director holandés Paul Verhoeven, autor de Showgirls, Elle o Instinto Básico, es favorita a alzarse con la Palma de Oro, en un romance entre monjas durante la contrarreforma italiana.
Alabado por muchos y cuestionado por otros, Verhoeven estuvo incómodo en la rueda de prensa de este sábado 10 de julio, cuándo tuvo que responder preguntas sobre blasfemia, nudismo y escenas de sexo.
“No se olvide, en general, que la gente, cuando tiene relaciones sexuales, se quita la ropa”, le espetó Verhoeven a un periodista. “Así que básicamente me sorprende el hecho de que no queremos mirar la realidad de la vida”, agregó. “¿Por qué se ha introducido este puritanismo? En mi opinión, está mal”.
Parte de la crítica ha cuestionado que la película tiene una “mirada masculina” al representar escenas de sexo, que han considerado que no encajan con la realidad de las novicias del convento.
El tema de la “mirada masculina” no es nuevo en Cannes. En 2013, Abdelatif Kechiche, ganador de la Palma de Oro por La Vida de Adele, fue acusado de voyeur en su drama lésbico. Críticas que también vivió en 2019, cuando estrenó en Cannes, la segunda parte de su película Mektoub My Love, con una escena interminable de sexo oral, donde solo aparece desnuda la protagonista femenina.
Cine después del #MeToo
Sin embargo, desde la crítica feminista también se ha alabado el tratamiento con consciencia del director noruego, Joachim Trier, en su película La peor persona del mundo, cuya protagonista es una joven que intenta encontrarse a sí misma mientras cambia constantemente de amantes.
En esta película la crítica ha valorado las dinámicas de género cambiantes, así como el descubrimiento de la noruega, Renate Reinsve, una desconocida actriz, que ya es favorita para llevarse el premio a la mejor protagonista femenina.
“Al crecer antes de #MeToo, una se forma con las fuertes opiniones de los hombres”, dijo Reinsve en una entrevista con AFP. Hablando de su personaje en la película, agregó: “Ella encuentra su identidad en los ojos de los demás. Cuando te liberas de eso, te vuelves tú misma y más fuerte “.
Sobre la forma de filmar a las mujeres, también habló para France 24, la cineasta y guionista francesa, Nathalie Marchak.
“Hay un millón de formas de filmar una escena; la pregunta clave es dónde coloco mi cámara y qué dice”, explicó en una entrevista con France 24 desde Cannes. “Es un debate fascinante y uno del que no debemos rehuir. Es parte del papel del cine cuestionar la forma en que nos vemos a nosotros mismos “.
Solo cuatro directoras en la Sección Oficial
Este debate se enmarca en un contexto de cuestión al Festival de Cannes, donde en la Sección Oficial solo hay cuatro mujeres directoras de un total de 24 candidatos a la Palma de Oro.
Una tendencia histórica, puesto que solo la neozelandesa, Jane Campion, se ha alzado con el máximo galardón por su película El Piano, en 1993.
A pesar de los números, para el director de Cannes, Thierry Frémaux, en las secciones paralelas como Una Cierta Mirada, la Semana de la Crítica y la Quincena de Realizadores, domina la paridad. Lo citó como evidencia de que “el futuro del cine será femenino”.
Para la crítica feminista, el hecho de que en la Selección Oficial haya tal desequilibrio responde a que hay un sesgo a favor de una industria aún dominada por hombres.
Sin embargo, Frémaux, que ha apoyado distintas iniciativas impulsadas por mujeres para conseguir una mayor igualdad de género, se ha negado a introducir la “discriminación positiva” alegando que el Festival elige películas por el mérito y no el género.
Algo que comparte Marchak, para quien hablar de “discriminación positiva” es un “insulto” para las mujeres. “Las directoras quieren ser seleccionadas para los principales festivales no porque sean mujeres, sino porque sus películas merecen ser el centro de atención”, explicó. El punto no es favorecer a las directoras sobre sus contrapartes masculinas, agregó, sino garantizar que las mujeres estén presentes en el proceso de selección y que se aborde su falta de visibilidad en la industria.
“El primer director feminista”
En esta primera semana se han vivido imágenes para el recuerdo, como la entrega, de parte del director español, Pedro Almódovar, y del surcoreano, Bo Joon-ho, último ganador de la Palma de Oro por Parásitos, del galardón honorífico del certamen a Jodie Foster.
De hecho, Foster ha asegurado, en referencia al español, que “fue el primer director feminista” por haber puesto siempre a las mujeres en el centro de sus películas.
“Era la primera vez que veía películas que hablaban sobre las mujeres de una manera auténtica”, dijo Foster sobre las películas de Almodóvar, y calificó a Almodóvar como una excepción entre los directores masculinos que “no pueden transponerse fácilmente al cuerpo de una mujer y preguntarse en qué consiste la complicada y compleja experiencia de una mujer”.
Divorcio entre Cannes y Hollywood
Otra señal que se confirma en esta edición tiene que ver con la cada vez mayor distancia entre Cannes y Hollywood. Tan solo ha habido dos películas en Sección Oficial estadounidenses: Red Rocket, de Sean Baker y Flag Day, de Sean Penn.
Tampoco ha habido ninguna película de grandes estudios, poca influencia de las grandes plataformas y ni rastro de blockbusters de estreno exclusivo, como sí que había pasado antaño. Una relación que se reserva para el Festival de Venecia.
Mientras, Cannes continúa apostando por los grandes nombres del cine de autor, En una edición que para críticos, como el español, Manu Yáñez, han dejado una gran lista de películas románticas.
Amor para tiempos de pandemia, mientras las quinielas empiezan a pensar en el próximo ganador de la Palma de Oro, a la espera de nuevas sorpresas, en la última semana del certamen francés.
Fuente: France 24 / Original aquí.