Escritoras como Ana Clavel, Cristina Rivera Garza, Marta Sanz, se reúnen para el seminario Mujeres de negro: narrativa policiaca y criminal escrita por mujeres en el Seminario de septiembre, organizado por Vindictas, de la UNAM.
Ciudad de México, 13 de julio (MaremotoM).- Entrevistar a la escritora Iris García Cuevas es tomar contacto con una fuerte convicción y una claridad de ideas en torno a la novela negra y a la evolución de que goza el género, que no sorprende mucho que sea ella la que esté a cargo del seminario que presentada Vindictas, de la UNAM.
Escritoras como Ana Clavel, Cristina Rivera Garza, Marta Sanz, se reúnen para el seminario Mujeres de negro: narrativa policiaca y criminal escrita por mujeres.
El seminario se enmarca en el centenario del natalicio de la escritora estadounidense Patricia Highsmith, reconocida por sus obras de suspenso y en la publicación del libro Diferentes razones tiene la muerte, de María Elvira Bermúdez, como parte de la colección Vindictas.
Se realizará en diez sesiones y se dividirá en dos apartados: el primero, dará a conocer el desarrollo de la narrativa policiaca y criminal desde la perspectiva de los estudios de género; el segundo, estará dedicado a conocer los temas que actualmente aborda esta narrativa escrita por mujeres a través de cinco conferencias magistrales.
ENTREVISTA EN VIDEO A IRIS GARCÍA CUEVAS
Mujeres ha habido siempre en la novela negra, pero quizás estén cambiando las preguntas para el género y esas preguntas las toman las damas.
“El género siempre ha sido visto como masculino, siempre eran hombres, son pocas las mujeres que podemos encontrar, eran estas mujeres solteronas, desocupadas, que ayudaban a la policía en sus investigaciones. Reproducían mucho a las mujeres en sociedad”, dice Iris García Cuevas.
“En la última mitad del siglo XX y lo que llevamos del siglo XXI, el feminismo ha tomado posición en el género negro”, afirma esta autora de la novela 36 Toneladas y del libro de cuentos Ojos que no ven, corazón desierto. En 2008 obtuvo el Premio Nacional de Novela Ignacio Manuel Altamirano; el Premio Estatal de Cuento María Luisa Ocampo; y menciones en el Concurso Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo y el Premio Nacional de Cuento Joven Alejandro Meneses. Además, es coordinadora del Festival Acapulco Noir.
“La mujer no es sólo la víctima o la ayudante ocasional de la policía. Lo femenino no está circunscripto al ámbito de lo privado, estos crímenes domésticos que a veces podían resolver las mujeres. El hecho de que nos estemos cuestionando sobre los feminicidios, la posibilidad de que las mujeres pertenezcan a la policía, eso ha hecho que el género negro también cambie”, afirma Iris.
“En el policial clásico, si pensamos en el detective, pueden resolver crímenes con una facilidad que está impedida al ser humano corriente, pero si leemos a las mujeres, nos damos cuenta de que su detective es común como todos. Esta percepción de los personajes tan humana ha estado siempre presente a la escritura de las mujeres”, agrega.
“A las mujeres no se las reseña mucho ni se las reedita mucho”, dice.
“La visión que traíamos de la literatura policial era que a los investigadores no les pasaba nada. Estos personajes que empiezan a perder pedazos en el camino, se lo debemos a Taibo, porque Héctor Belascoarán Shayne se queda cojo, pierde un ojo. Vemos que hay como dos ejes, el heteropatriarcal y un asunto geográfico, donde sólo en los países civilizados puede llevarse a cabo una investigación”, afirma.
Las mujeres muestran sus debilidades y sus fortalezas, lo que no significa que aparezcan en la literatura de los hombres. “Las mujeres nos muestran las fortalezas cuando sumidas en el dolor tratan de encontrar a quien les hace falta. Estos vínculos emocionales con la criminalidad es algo que las mujeres abordan sin tanto resquemor”, expresa.
“En el género negro debemos encontrar a la madre, aún no la hemos visto”, afirma Iris, una gran conocedora del género.
El seminario de la UNAM se realiza por primera vez dando protagonismo a las mujeres. Septiembre se convertirá en un mes para adentrarse a la narrativa policial y criminal escrita por autoras como Cristina Rivera Garza, que hablará desde el feminicidio, como Myriam Laurini, quien tratará la nota roja que pasa a la novela negra o las españolas Susana Hernández y Marta Sanz, que están cambiando al detective.