“La disposición nuestra es colaborativa, de sumar. Todo lo que se ha hecho en la pandemia, es fruto de la reflexión, estamos yendo a debates para compartir lo que hemos hecho. La reflexión y el balance es positivo en el sentido de que se han hecho cosas, pero también es que ha sido un año de pérdidas, de gente muy cercana”, dice Celso Garza.
Ciudad de México, 7 de julio (MaremotoM).- La UANL ha sabido contrarrestar a puro trabajo y a pura fe los efectos terribles del Coronavirus.
Más temprano que tarde, los afiliados a la cultura deberán darle un premio o reconocerle lo rápido que han reaccionado frente a la pandemia y ayudado a muchos artistas y gestores culturales del país.
Todo eso ha sido obra, entre otros, de Celso Garza, actual secretario de Extensión y Cultura de la UANL, a quien le hemos realizado una entrevista a propósito del inicio de la pronta Escuela de Verano.
“La disposición nuestra es colaborativa, de sumar. Todo lo que se ha hecho en la pandemia, es fruto de la reflexión, estamos yendo a debates para compartir lo que hemos hecho. La reflexión y el balance es positivo en el sentido de que se han hecho cosas, pero también es que ha sido un año de pérdidas, de gente muy cercana”, dice Celso Garza.
“Nos han dejado en estas circunstancias tan dolorosas, gente como Alejandra Rangel Hinojosa, Juan Alfonso Rangel Guerra, Rogelio Villarreal, Julián Guajardo, Oscar Sensei González, toda gente muy querida en Monterrey. Se ha agudizado el declive económico y social. Trabajar en confinamiento no obstante ha sido muy inspirador”, agrega.
“Seguimos tendiendo puentes entre los artistas y el público, unos puentes de enlace donde el arte y la cultura nos han permitido resistir frente a la pandemia”, dice Garza.
“Nos dimos cuenta muy pronto de los efectos de la pandemia, no estábamos preparados, pero institucionalmente reaccionamos rápido para organizar a 214 mil estudiantes, rescatando los semestres en aulas virtuales de una manera muy eficiente y nosotros en cultura lanzamos el programa Unidos en cultura que nos permitió trasladar todas nuestras actividades en plataformas digitales. Con una disposición del equipo de trabajo muy generosa, algunos no dejamos de venir a las oficinas para operar desde aquí y desde marzo del 2020 nos pusimos a trasladar, a idear los mecanismos en un ejercicio de prueba y error”, dice.
“Hubo ajustes presupuestarios pertinentes, sin embargo, tuvimos que tomar a gente de la tecnología, porque teníamos que comunicar el arte y la cultura de una manera distinta”, agrega.
Durante el mes de julio, la Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Secretaría de Extensión y Cultura, mantiene vivo uno de sus más fervientes patrimonios culturales: la Escuela de Verano, consistente en una serie de eventos académicos y culturales. Planteada como una fresca tradición de arte y cultura, el Departamento de Acción Social de la Universidad, presidido por el insigne Raúl Rangel Frías, inauguró, el 22 de julio de 1946, los primeros cursos de verano de la institución; en junio de 1948 fue designado su director: Francisco M. Zertuche. Durante once anualidades asistieron como ponentes Octavio Paz, Alfonso Reyes y José Gaos, entre otros célebres autores mexicanos y extranjeros.
La Escuela de Verano ha transformado en una actividad que le permite a los universitarios, profesionistas y público interesado, aprender, conocer y disfrutar de áreas tan diversas como interesantes: en la Escuela podemos hallar talleres de acordeón, pero también escuchar conferencias de escritores y académicos o disfrutar de un seminario de historia por la mañana mientras por la noche tenemos la opción de apreciar un espectáculo de danza. Nos brinda, siempre, un abanico de posibilidades para todos y todas.
“En aquellos años venían los más grandes intelectuales asistían a la Escuela de Verano a dar sus conferencias. Hoy nos acompañan los académicos del país a ofrecer sus conocimientos. La Escuela de Verano sigue siendo un programa actual, que este año se presentará de manera híbrida. El 12 de julio, en la conferencia inaugural, a propósito de su libro El invencible verano de Liliana”, informa Celso Garza.